Este barrio de Zaragoza es uno de los más amplios y poblados de la ciudad. Sus primeras casas surgen con la llegada de trabajadores durante la época industrial. En esta área se instalan nuevas empresas de las que aún se conservan sus principales sedes, como es la fábrica de chocolate Orús o Carde y Escoriaza, ligada al ferrocarril.
Sin embargo, el carácter rural se conserva durante los años consecutivos, ya que su desarrollo se produce de manera caótica y poco planificada. Durante los años 50 y 60, con el marcado aumento de población, crece también el comercio, ligado a la calle Delicias y alrededores. Es, hasta hoy, uno de los focos comerciales más importantes de la ciudad. El crecimiento descontrolado del barrio deja como resultado una estructura urbana excesivamente densificada y carente de espacios libres y dotacionales. Durante los últimos años, Delicias ha sufrido varias intervenciones importantes que han ayudado a paliar esas carencias y abrir el barrio al resto de la ciudad; la construcción de parques, avenidas y centros educativos y sanitarios.